martes, 15 de abril de 2008

Imperan en la Cuenca la ley
del más fuerte y la impunidad



El gobierno los prohija y consciente en sus abusos, hasta que misteriosamente alguien los asesina, desaparece o de plano, harto de sus abusos decide hacerse justicia por propia mano.

En Tuxtepec la impunidad alienta la justicia por cuenta propia y cuando la justicia aparece, es para vengarse de quienes no tuvieron otro recurso

Miguel Angel Vásquez

TUXTEPEC, Oax.- A contrapelo de su pretendida modernidad, Tuxtepec es un sitio donde la ley del más violento y el mejor relacionado políticamente evidencia la total ausencia del Estado de Derecho. Aquí las diferencias se resuelven a balazos y los crímenes quedan invariablemente en la más completa impunidad… a menos que con un chivo expiatorio se quiera lavar la negra imagen del gobierno que realmente se nota ausente en la región.
A continuación, un apretado –muy apretado- resumen de los crímenes que han conmovido a la opinión pública y que tienen un sello común: la impunidad y el sentimiento entre la población de que el gobierno tiene una alta responsabilidad ya sea por acción u omisión, pues en este último caso su ausencia ha propiciado la aplicación de ley por propia mano.
Y para muestra un botón. Tan solo en el mes de marzo de este año, en distintos momentos y circunstancias han sido asesinados al menos tres personajes ampliamente conocidos y ante dos de ellos la autoridad no parece tener la más mínima idea de cómo dar con los autores materiales e intelectuales –si aparte los hubiera.
Así, apenas el 14 de marzo, frente a su domicilio de Macedonio Alcalá número 50 fue asesinado el abogado Angel Gopar Rivera. El occiso era ampliamente conocido debido a que alardeaba lo selecto de sus clientes. Solo atendía casos de ámbito federal, específicamente relacionados con delitos contra la salud. Por su asesinato se abrió la averiguación previa 114/II/2008. Pero de antemano, se puede presumir el resultado de la misma: La nada.
En otro caso, apenas el domingo 30 de marzo fue asesinado a mansalva, en el bulevar de mayor tránsito, el Benito Juárez, el ex candidato a regidor Hendricks Antonio Enriquez, quien participó en la planilla de José Soto Martínez, por el Partido Convergencia. Al comentar el suceso, Soto Martìnez recordó que apenas un día antes un grupo de asaltantes se había apoderado de 280 mil pesos de las oficinas de la dirigencia cañera que él dirige. Del asesinato, el subprocurador regional de justicia, Fermín Juárez informó que al parecer todo se debió a un altercado por cuestiones de tránsito. De los resultados de las investigaciones, habrá que esperar. Tal vez habrá que hacerlo sentados.
Unos dìas antes, el 17 de marzo fueron asesinados el dirigente perredista Roberto Castro Ramìrez, su hijo Iván Castro Sánchez y Valentín Garcìa Cecilio. En este caso es evidente que en uso de los más rudimentarios sistemas de “investigación”, la procuraduría general de justicia tiene encerradas a más de 15 personas por un triple asesinato. Es decir, los detenidos tienen que probar su inocencia en lugar de que la justicia haga su trabajo y determine quien o quienes dispararon las armas mortales. Su delito fue estar –como ya es clásico decir para justificar la ineficiencia- en el lugar equivocado en un momento equivocado. Además, en este caso resalta una vez más la omisión del gobierno: un día después del asesinato el sub procurador regional de justicia, Fermín Juàrez reconocía que el occiso Roberto Castro tenía al menos seis órdenes de aprehensión en su contra. Pero además, la forma como murió evidencia el manto de impunidad que lo protegía. Ese domingo 17 de marzo llegó armado con un rifle de asalto, R-15 a intentar desalojar de su domicilio al señor Ismael Pérez Monroy, quien por repeler la agresión ahora está en prisión junto con otras quince personas.

El gobierno los crea y los desaparece, o al menos deja que otros lo hagan

Pero la anterior es sólo una muestra de un mes.. A continuación, un breve recuento de los “líderes sociales” desaparecidos, ejecutados o simplemente asesinados, según algunas voces por el mismo gobierno o por alguno de los múltiples enemigos que se fueron creando gracias al manto de impunidad que les proporcionó en su momento el mismo gobierno. El resumen comprende a los siguientes personajes: Pioquinto Becerra Ballesteros (muerto a golpes por policías), Miguel Herrera Lara (desaparecido) y Cèsar Toimil Roberts (ejecutado). En el caso del dirigente de la Unión General Obrera, Campesina y Popular UGOCP) Pioquinto Becerra Ballesteros, este fue asesinado a principios de septiembre del 2003 luego de ser golpeado por policías a quienes intentó asesinar cuando lo detenían por estar haciendo desmanes en una cantina del municipio de Tuxtepec. Junto con Pioquinto Becerra Ballesteros falleció Raúl Ferrera Ripol. La necropsia estableció como causa del deceso "estallamiento de vísceras con ruptura de hígado". El mismo caso fue el de Pioquinto, quien además tenía en su haber una serie de órdenes de aprehensión sin ejecutar y una historia de abusos consentidos por el gobierno a quien servía en tiempos electorales. De los dos asesinatos nadie está en prisión, a pesar de que dos policías municipales fueron encontrados inocentes.
Una suerte similar fue la de César Toimil Robert, dirigente del Consejo Regional Obrero, Campesino y Urbano de Tuxtepec (Crocut), quien fuera asesinado el 30 de noviembre en una emboscada en el municipio de Acatlán de Pérez Figueroa, cuando viajaba a bordo de una lancha en la presa Miguel Alemán. Toimil Robert iba acompañado de cuatro personas que también resultaron muertas. El dirigente y sus acompañantes procedían de Las Cuatas, localidad perteneciente al ejido Las Palmas, municipio de Acatlán, cuando fueron atacados por individuos armados con rifles AK-47. Por el hecho, un año después una persona de nombre Agustín Flores Colorado fue detenida, pero esta fue considerada por la opinión pública como un chivo expiatorio pues se trataba de un anciano de 65 años, que a toda luz era incapaz de accionar un arma de precisión como la que se infiere fue utilizada para ultimar a Toimil y acompañantes. De Toimil se recuerda que en su momento encabezó la toma del rancho de Miguel Angel Yunes Linares, subsecretario de Seguridad Pública Federal cuando aquel fue ejecutado. Toimil contaba tambièn con dos órdenes de aprehensión, una por robo y despojo y otra por violación tumultuaria. Se dijo que en Veracruz también tenía pendientes órdenes de detención por despojo, robo, abigeato y ataques a las vías generales de comunicación. Toimil Robert también fue encarcelado en 2001 por la invasión al rancho El Orozco, propiedad del dirigente nacional de la Unión General Obrera, Campesina y Popular (UGOCP), Margarito Montes Parra. En 2003, a la salida de la cárcel, retomó sus acciones armadas y de gestoría. En febrero de 2002, entrevistado en el penal de Santa María Ixcotel, Toimil Robert comentó que decidió conformar el Crocut para hacerse justicia por propia mano, ya que los gobiernos federal y estatal protegían las acciones ilegales de la UGOCP en perjuicio de ganaderos y agricultores de la cuenca del Papaloapan.
De hecho, la Crocut se convirtió en la contraparte armada de la UGOCP. Desalojaba ranchos y predios y se los devolvía a sus propietarios, ganaderos y terratenientes de la zona, además de ocupar otros para negociar tierras o beneficios para sus seguidores. De la ejecución se abrió el expediente 214/2005. Hay un solo detenido que es considerado un chivo expiatorio.
Un caso màs es el de Miguel Herrera Lara, un folclórico ex diputado y ex presidente municipal de Cosolapa, Oaxaca, quien desapareció el 5 de abril del 2006. En aquella ocasión ya no regresó a su domicilio en Acatlán de Pèrez Figueroa, de donde había salido a bordo de una suburban rumbo a Tierra Blanca, Veracruz. Prácticamente la tierra se lo tragó.Herrera Lara tenía, una historia de denuncias por los màs diversos abusos. Una fotografía donde rendía un informe de labores como edil lo pinta de cuerpo entero: mientras con una mano sostiene un micrófono con otra agarra una cerveza a la que acaba de darle un sorbo mientras exhibe cínicamente una metralleta terciada en el pecho.
Los anteriores son solamente seis de cientos de ejemplos de la ineficiencia y la mala fe de quienes procuran e imparten justicia en el estado, pero especialmente en la región de la Cuenca del Papaloapan. En resumen, aquí no existe otra ley que la del más fuerte y se cumple el dicho aquel de que “el valiente vive hasta que el cobarde quiere”.