Juicios orales: imposición de EU
y experimento de burócratas locales
Cuauhtémoc Blas
Israel Ochoa Lara es uno de los mejores abogados de Oaxaca, no de los “comerciales” sino de los pocos nutridos intensamente en la práctica de la defensa de causas sociales, y también fortalecido por el estudio del derecho penal, y de los derechos humanos, con sólida formación e información internacional al respecto.
Ochoa Lara interrumpe su intenso trabajo para recibirnos en su despacho ubicado en la céntrica calle Porfirio Díaz, de Oaxaca de Juárez. Sus libreros rebosan de libros y documentos, de los que es notorio son leídos y consultados; no hay enciclopedias empastadas en piel como en los elegantes despachos de notarios, magistrados y negociantes del derecho.
Después de un rápido saludo vamos al grano a la entrevista, el tiempo es muy preciado para indígenas presos, y el escrito que dictaba Ochoa lo espera en un escritorio contiguo. Inicia su alocución, en un 95 por ciento crítico de los afamados “Juicios orales”, aunque deja un margen de beneficio de la duda, porque no hay que cerrarse a las innovaciones que pudieran mejorar la aplicación del derecho en la entidad, dijo.
Imposición del derecho anglosajón
“Los juicios orales en Oaxaca son una imposición norteamericana, no hay una tradición en ese sentido, pues nada tiene que ver con la práctica de oralidad que se da en nuestras comunidades indígenas, el innovador juicio oral que se impone desde el Tribunal de Oaxaca corresponde al juicio oral anglosajón. No hay en Oaxaca un personaje con dimensiones teóricas o sólida formación al respecto. Todos están aprendiendo apenas”, dice el abogado.
“Incluso -continúa- la capacitación a los defensores de oficio es exclusivamente teórica, ellos están también aprendiendo sobre la marcha. En el país no hay quienes manejen este sistema, los instructores fueron traídos de Chile, Perú, donde EU ya introdujo sus juicios orales
“Nuestra tradición es de derecho escrito, de ahí la resistencia que el juicio oral encuentra. Lo oral en los juicios sólo se ha dado a la hora de los careos o cuando los testigos hacen sus declaraciones. Incluso, en los juicios agrarios está establecido el uso de la oralidad, sin embargo no se cumple y también se hace por escrito, esa ha sido la práctica. Hasta las preguntas que se realizan a la hora de los interrogatorios o careos se llevan por escrito”.
Ni expertos ni tradición
Cual si fuera cualquier otro trabajo burocrático, algunos magistrados recibieron la instrucción que hicieran esa “chamba”. Ochoa Lara sugiere lo anterior al decir que “magistrados sin antecedentes ni formación teórica en los juicios orales anglosajones, mucho menos experiencia alguna dirigidos por Cresencio M. Martínez Geminiano, recibieron ese encargo. Les dijeron que tenían que entregar esa innovación y la hicieron como mejor pudieron.
“Son años y años de desarrollarnos bajo otro sistema, y ahora de la noche a la mañana, sin introducir previamente el conocimiento del juicio oral en las escuelas, por ejemplo, e ir preparando el contexto, llegan y empiezan en Oaxaca con él. Porque Oaxaca es la punta de lanza, el lugar donde impusieron esto como plan piloto para después irlo extendiendo a los demás estados de la república, para así homologarnos con los Estados Unidos.
“Para ellos es más fácil que nosotros nos igualemos a sus prácticas jurídicas, agrega, pues en los juicios que tienen que realizarse a menudo por nuestra cercanía y dinámica tan intensa, nada mejor para los gringos que tener el mismo sistema judicial, es decir el de ellos, donde por supuesto tendrán los norteamericanos todas las ventajas pues manejan este sistema desde muchísimos años antes que nosotros”.
Adversos a pobres e indígenas
“A los pobres e indígenas en nada les beneficia sino al contrario, los abogados serán más caros, pues sin una buena defensa el juicio siempre les es adverso, ya sabemos que para los pobres el juicio es penal y para los ricos es civil. Al pobre lo meten a la cárcel por robar un pan o una bicicleta y los defraudadores de los bancos andan libres, si acaso en un juicio civil. Son los famosos delincuentes de cuello blanco.
“Los grupos marginados quedan igual o peor, pues los pocos y fugazmente formados defensores de oficio quizá no les alcancen el tiempo, ni la motivación salarial para atender una excesiva demanda de defensa. Como siempre, en un sistema de desigualdades económicas y sociales, que constituye característica esencial de dicho sistema, las desigualdades en la aplicación del derecho no podrán remontarse por un simple cambio de forma en la aplicación de la justicia, asienta Ochoa.
“En la euforia oficialista se ha llegado a decir que incluso con los juicios orales disminuirá el índice de delitos, lo cual es absurdo”, define el abogado, pues no es la estructura jurídica lo que incide en la comisión de delitos, sino la estructura económica, educativa y cultural de los pueblos, añade. Y puntualiza: en Estados Unidos existe hasta pena de muerte y no por ello disminuye la delincuencia”.
No disminuirá el índice de delitos
“Mientras persistan las injustas relaciones sociales que prevalen en Oaxaca y el país, ni las más eficientes técnicas e infraestructura jurídicas podrán disminuir y menos erradicar la delincuencia”. Y mucho menos si como vemos acá –agrega- una y otra tienen una larga y viciada tradición de ineficiencia, pues para una práctica adecuada del juicio oral, por ejemplo, se necesitan otros tipo de instalaciones, más amplias y abiertas, y los juicios orales se están realizando en los mismas pequeños locales de siempre”.
Sin embargo, el abogado concede el privilegio de la duda a los intentos que se dan en Oaxaca, pues tiene cosas buenas, no podemos definirlo como malo en sí mismo, a pesar de todo lo cuestionable, puede ser útil en cuanto a la presentación de los testigos, pues ahora basta que alguien declare como testigo y nunca se vuelva a presentar para alargar enormemente los juicios. En el oral el testigo tendría necesariamente que presentarse al juicio.
Tributo al TLC, promovido por la CIA
No obstante, para Israel Ochoa, el tan publicitado juicio oral de Oaxaca no es más que copia del derecho anglosajón, esto es imposición de Estados Unidos, inscrito dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC) para homologar los procesos judiciales; no va a ser el imperio norteamericano quien adopte nuestras prácticas jurídicas sino al contrario. El destacado abogado oaxaqueño, con un bagaje teórico-práctico demostrado a lo largo de los años en defensa de los asuntos sociales más importantes de la entidad, puntualiza: “Hay que observar en los carteles donde se anuncian los eventos de los introductores del juicio oral en la entidad, una de las firmas patrocinadoras siempre es USAID, institución del derecho norteamericano, vinculado a la CIA (la agencia de espionaje gringo), encargada de propagar su sistema jurídico en el mundo”.
Notas al margen: Esta entrevista aparece en el número reciente de la revista En Marcha, actualmente en circulación. Además de otros análisis críticos al respecto. De la nación del Istmo nos llegaron de inmediato comentarios sobre el tema: algo verdaderamente grave, que quizá para lo geniales innovadores de esta ínsula no tenga importancia: los juzgados federales —donde acuden aquellos que no están conformes con algo del juicio en su contra— no atienden las peticiones de amparo que por alguna falla del juez, según los perjudicados, no respetan sus derechos. Los jueces federales, dicen, están extrañados y preguntan: “de dónde sacaron eso”. La gente se quedó, por lo pronto, indefensa, en manos de los “impolutos” jueces locales.
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