jueves, 30 de septiembre de 2010

Foros de consulta de

La inclusión de intelectuales y líderes de organizaciones sociales pareciera tener, por la falta de método y desorganización observada en los eventos, el único fin de validar decisiones tomadas ya en el escritorio por experimentados ex funcionarios priístas incrustados en el grupo de transición


Juan Pérez Jolote / Miguel Angel Vásquez

Si entendemos que la consulta popular es un mecanismo de participación ciudadana mediante el cual se convoca al pueblo para que decida acerca de algún aspecto de vital importancia, lo que el Gobierno electo de Oaxaca está haciendo con los llamados Foros Regionales de Consulta Ciudadana es en realidad una simulación, una verdadera tomadura de pelo.
Además, para algunos asistentes consultados por El Chaquiste la práctica iniciada precisamente en Tuxtepec sirve sólo para legitimar decisiones que se toman ya en el escritorio de ex funcionarios muratistas y diodoristas, es decir, priístas todos, como Celestino Alonso (ex titular de Coplade).
El toque maquiavélico del ejercicio “inventado” por Cué Monteagudo está en la inclusión de notables intelectuales y dirigentes de organizaciones sociales no gubernamentales como Adelfo Regino Montes (Servicios del Pueblo Mixe y ex asesor del EZLN), Aldo González (Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca Unosjo y defensor del maíz criollo y derechos indígenas) y María Eugenia Mata (Ex consejera electoral y activista por los derechos indígenas), como coordinadores de diversos ejes temáticos, para validar un ejercicio que además de ser obligatorio, según el artículo 26 de la Constitución Federal carece, según expertos consultados, de organización y metodología.
Los foros, carecen de una metodología, así por ejemplo no existen preguntas generadoras, es decir, aquellas que dinamicen y conduzcan la dinámica del grupo consultado o forista hacia el fin principal que es recoger iniciativas, propuestas o alternativas de solución a la problemática puntual. Además, salvo honrosas excepciones, los asistentes carecen representatividad por lo que sus peticiones más que propuestas de trabajo son planteamiento o peticiones hechas a título personal. Además, y como punto delicado que evidencia la falta de seriedad del ejercicio no hay un producto final basado en el consenso de una plenaria donde se validen los resultados obtenidos en las mesas de trabajo ni mucho menos se han elegido a personas que acudan a un foro estatal donde se consensen los resultados obtenidos en las demás regiones.
Por si todo lo anterior fuera poco, no hay un proceso de sistematización de la información ni mucho menos una máscara de captura de la misma que genere una base de datos, entre otros detalles que debe conocer todo aquel que ha participado en un ejercicio de este tipo.
Todo ello se pudo apreciar en el foro efectuado el 25 y 26 de agosto en el Salón Astorga de esta ciudad de Tuxtepec. Un salón lleno, bullicioso, donde todos observaban a todos y como pasando lista se presentaban con los coordinadores, Víctor Raúl Martínez Vásquez y Fausto Diaz Montes. Las mesas llenas al momento de la inauguración pero vacías a medio día. Por la tarde se convocó a un taller de análisis, pero se repitió el esquema de la mañana: un enviado del equipo de transición escuchando y tomando nota de los reclamos, quejas y sugerencias de los foristas. Al día siguiente muchos de los asistentes al evento del día 25 dejaron de asistir, salvo aquellos que necesitaban ser vistos para ser tomados en cuenta al momento del reparto de cargos. Como en el régimen que se supone no se desea reproducir…
Lo que se observa en los foros es una aglutinación de personas, que más que asistir a una consulta pareciese que acuden a un mitin político, donde los partidos de la alianza muestran el músculo, la fuerza y un supuesto poder de convocatoria; por lo que es necesario recordarle al equipo de transición que la contienda electoral concluyó el 4 de julio y deben asumir un compromiso real con los oaxaqueños por lo que se deben de dejar de simulaciones e iniciar un verdadero proceso de planeación democrática.
Tanto el gobernador electo, Gabino Cue Monteagudo, como sus personeros, no deben vanagloriarse y creer que sus foros han sido todo un éxito por el simple hecho de que en las tres sedes (Tuxtepec, Juchitán y Puerto Escondido) acudieron 2,123 personas recibiendo 853 propuestas en diversos temas. Esto es simple populismo y demagogia pura que contradice lo que dijo en la presentación de la convocatoria del programa preliminar de gobierno 2010-2016, en el que afirmó categórico que se busca dejar atrás la sumisión e iniciar una nueva era de cooperación, teniendo como eje fundamental la planeación participativa y que prácticamente es una concesión o consideración que tiene para con los oaxaqueños en el sentido de que por primera vez en la historia de Oaxaca, se busca establecer un plan de gobierno antes de iniciar los trabajos de administración, para que a través del diálogo se destraben los pendientes. Hay que recordarle que

los foros de consulta pública son obligados si se quiere consolidar y asegurar la gobernabilidad democrática.
Recuadro:
El hilo negro ya existía
De acuerdo con la Constitución Federal, la planeación democrática es una obligación, no una concesión graciosa ni invento de los neo-opositores: Art. 25: “El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación.
Los fines del proyecto nacional contenidos en esta Constitución determinarán los objetivos de la planeación. La planeación será democrática. Mediante la participación de los diversos sectores sociales recogerá las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas al plan y lo programas de desarrollo… La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática, y los criterios para la formulación, instrumentación, control y evaluación del plan y los programas de desarrollo”. Lo que se ve en los foros-mítines es cualquier cosa, menos un ejercicio de planeación participativa.