José Samuel Aguilera
Fernando Guadarrama todavía no lo cree, y eso que
ya pasaron dos días desde que el Gobierno del Estado de Oaxaca, le entregó el
cetro de Diosa Centéotl nada mas y nada menos que a Évelín.
Y es que Evelín Acosta López se ganó a
pulso el título y el derecho a presidir, al lado del Gobernador Gabino
Cue Monteagudo, las fiestas "étnicas" llamadas Guelaguetza, en este
julio de 2012.
Este hecho sorprende a propios y
extraños porque Évelin es jarocha y la Guelaguetza, una fiesta para turistas en
la que se resalta el estereotipo indígena oaxaqueño.
Lo cierto es que Évelin llegó al jardín
del pañuelito (al costado del Templo de Santo Domingo de Guzmán) al igual que
25 jóvenes aspirantes. Lo curioso es que no llegó disfrazada de indígena, sino
como siempre la hemos visto en los huapangos, es decir jarana al hombro, flor
en el cabello, blusa rejillada y falda florecida; con refajo a la usanza
criolla del sotavento más mejicano.
Así que mientras las demás repetían mecánicamente
discursos aprendidos, Évelín se dirigió al público en décima espinela
y se dio el lujo de improvisar algunas.
El jurado no tuvo mas remedio que darle
el primer lugar ante el coreo del público, a esas horas, alucinado por la
espontaneidad de la aspirante.
Este hecho pudiera valerle gorro a
usted, morboso lector, sin embargo, en la región de la Cuenca Oaxaqueña es
verdaderamente impactante porque el Gobernador Pérez Gazga prohibió en
1958 la presencia jarocha en la guelaguetza y por decreto, se recogieron las
tarimas de huapango que existían en los atrios de iglesias y parroquias, para
dar paso al bailable "Flor de piña" tan gustado hoy por moros y
cristianos.
Adicionalmente, Loma Bonita Oaxaca, ha
vivido una crisis de identidad gubernamental en que los presidentes municipales
no saben ni quien los pario, culturalmente hablando y, en busca , según ellos,
"de la identidad del pueblo lomabonitense", un día proponen un
bailable de huipiles , al siguiente se
pelean con Tuxtepec por el bailable "Flor de piña" y al tercero ponen
sones jarochos pero con música de viento.
Por algunas razones, el triunfo
concursal de Évelín Acosta López es trascendente; en primer lugar porque
derrumba, ese mundillo maniqueo del indigenismo simulado, tan propio de guelaguetzas
oficiales o no. En segundo lugar porque, sin línea política, sin dedazo, sin
choterías y sólo por méritos propios, una joven de 20 años le
devuelve a todo un municipio la certeza de que Loma Bonita no es indígena,
aunque esté en Oaxaca, sino jarocha. En tercer lugar porque una jarocha
auténtica será la Diosa Centeótl Guelaguetza 2012.
Bien por Évelín, bien por Mauro, su
mentor verdadero y bien por Felipe, que le vino de chiripa.
Lo que son las cosas , Don Gabo...¿No
será un compló del Peje?
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