Transición, cambio o más de lo mismo
Miguel Ángel Elorza Morales
Estamos a unos días de cambio de gobierno en el estado de Oaxaca, en esta ocasión por primera vez, el gobierno del estado estará a cargo de la “oposición”, es por ello que algunos analistas se les movió por denominar a este cambio, como la transición. Si la transición consiste en pasar de un modo de ser o estar, a otro muy distinto del anterior, no me parece que lo que se tenga programado para los próximos años sea una transición. Es más ni siquiera parece ser un gobierno de oposición.
Es cierto que la derrota del PRI, generó en la ciudadanía importantes expectativas, pero las acciones realizadas como parte de la etapa previa dejan mucho que decir. En muchos de los actos realizados los principales protagonistas son personajes que en otro tiempo fueron importantes cuadros del PRI, pero que a través de pugnas internas, no ideológicas sino por las cuotas de poder, se integraron a otros partidos. Para que se haga un gobierno diferente es necesario que participen personas diferentes, que piensen de manera diferente o cuando menos estén dispuestos a cambiar. Y este no es el caso.
En la famosa consulta, realizada por el equipo de transición, persistieron los viejos vicios, el autoelogio, el cuatismo, la sordera. Fue muy frecuente escuchar la frase ahora somos gobierno y vamos a comportarnos como tal, el asunto es muchos de los participaban en estos foros ya fueron parte de gobiernos priistas y en su gestión se comportaron como un mal gobierno. Pero conviene darles el beneficio de la duda, tal vez estén dispuestos a cambiar. Pero si existe esta disposición al cambio ya es tiempo de que empiecen, no lo vayan a querer hacer dentro de cuatro o cinco de años cuando ya inicie la campaña para las próximas elecciones.
El pueblo de Oaxaca, ha sido un pueblo históricamente marginado, pero también ha sido un pueblo rebelde, en los últimos años se han realizado importantes movimientos sociales, el más reciente el del 2006, puso en evidencia la fuerza de la movilización y el rechazo al autoritarismo. En quien gobierna siempre hay una tentación por la autoridad, esperamos que los nuevos funcionarios, aun cuando insistimos muchos en que muchos de los integran el equipo son “reciclados”, empiecen por escuchar la voz de los ciudadanos y de las comunidades, esto les hará muy bien ya que en los famosos foros ciudadanos carecieron de participación consciente.
El nuevo gobierno deberá empezar por cambiar las actitudes, por quitar todo lo que sobra, por transformar la burocracia, por buscar una verdadera participación democrática, por generar una política de transparencia y austeridad, por realizar acciones pertinentes a las necesidades de los oaxaqueños. Gabino y su equipo deben dejar de hacer campaña y se ocuparse de cosas serías. Existen importantes estudios sobre las condiciones económicas, políticas y sociales de la entidad, pero obsoletos, estos estudios deben actualizarse y actuar en función de los resultados, es necesario que desde el primero de diciembre los funcionarios se pongan a trabajar, ya tuvieron suficiente tiempo para festejar el triunfo.
El nuevo gobierno tiene que retomar y resolver la problemática de la entidad oaxaqueña, que programar y actuar en beneficio de las mayorías, este es el mejor ejercicio que puede hacer. Ojala que el equipo que está integrándose encuentre el rumbo. Entonces si será transición. Porque lo que se ve hasta ahora está muy lejos de lo que pretende ser. Como diría mi abuelo “una cosa es el ser y otra muy distinta la pretensión de ser”.
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