martes, 21 de diciembre de 2010

Una invitación a la lectura

Una invitación a la lectura
Antonio Ávila-Galán
Leer por lo tanto nos inunda de meditación, salvedad y buen augurio para que el niño o joven que se inicie en esta atractiva disciplina, remará con todo y sueños por los graciosos caminos de una aventura.
Muy importante el proyecto que presenta la UNAM, como vanguardia para masificar la lectura infantil, ya que es la infancia donde se debe inculcar el amor por la lectura, porque preocupa a esta casa de estudio: Universidad Autónoma de México, el que el niño vaya desprendiéndose desde esa edad de otros vicios como ver mucha televisión, sobretodo programas insulsos, preocupa que los niños se vuelvan adictos a los videojuegos, etc., y dicen especialistas: “La literatura infantil como perspectiva principal, nos inculca que los alumnos conozcan sobre las artes y humanidades y que tenga un espacio para estudiarlas. Por lo mismo, se deben formar en las escuelas niños lectores o conocedores de lo que desean en la vida en forma familiar o personal, crear el hábito de la lectura en el niño es importante, y se le debe motivar con textos que le sea útil para su formación como futuro lector, como lo dijo el poeta José Emilio Pacheco; “un escritor es lo que lee, pero en primer término lo que oye, sobretodo lo que escucha en sus primeros años de vida” es en esta forma, si el niño se le educa leyendo, escuchando de sus mayores o maestros relatos agradables y positivos, el día de mañana, ya grande la personita que ahora es niño, tal vez no será escritor, pero sí será un ser humano de gran capacidad de discernimiento y de tomar mejores decisiones de lo que es importante para su existencia, un libro infunde respeto porque al leerlo nos ilumina en su silencio, escuchando la voz del escritor; leer por lo mismo, se vuelve un acto placentero que nos invita a la reflexión constante, a escudriñar con más sabiduría nuestro interior, nos sumerge a un mundo extraño al principio, pero poco a poco el lector, se compenetra mejor en ese laberinto que es nuestro yo interno.
Leer por lo tanto nos inunda de meditación, salvedad y buen augurio para que el niño o joven que se inicie en esta atractiva disciplina, remará con todo y sueños por los graciosos caminos de una aventura.
Es indispensable que en las escuelas, sobretodo de nivel básico se motive al niño a leer, tal vez los programas no lo indiquen claramente, pero la ventaja de esto es que los maestros ya tienen en su mayoría la disciplina de leer, sólo es empezar a motivar a los niños y jóvenes a ello. Se dice que en México no se lee; es la etiqueta que nos colgaron hace años especialistas extranjeros y en realidad la estadística lo mostró en buena parte, pero a la fecha, sí se está iniciando en el país el hábito de la lectura, así que no podemos ser tan pesimistas, lo único que en este contexto de la lectura, se puede decir que hay mucha lectura chatarra, a lo largo y ancho del país; o sea ya hay un número alto de lectores, pero no hay lectura de calidad, el hábito si lo hay, lo que se debe empezar en las escuelas y en el hogar es escoger qué clase de lectura conviene al niño y joven.
Generalmente en México tenemos pocas bibliotecas, ciudades grandes a veces cuenta con una biblioteca, dos o tres si acaso; como es el caso de Tuxtepec, donde la ciudad cuenta con dos bibliotecas bien equipadas de libros y servicio de cómputo, muy bien atendidas por personas debidamente capacitadas para ello, sin embargo pocos lectores o usuarios son los que asisten a solicitar un libro para leer por placer de ello; en época de clases, se lleva de estudiantes porque es allí donde se concentran a realizar las tareas e investigaciones, y en vacaciones se miran vacías las salas. Conclusión, no hay el hábito de la lectura en la población, porque nos parece más cómodo leer revistas de moda, revistas de chismes de artistas y los libros semanales o policiacos.
“A leer se aprende leyendo”, y eso es lo que hay que inculcarle al niño, que el leer es ameno, es jugar a una aventura, y como el niño es un imitador natural, cuando mira a sus mayores hacer algo él lo repite. Imagínese que al llegar de la escuela el niño mira a su mamá leyendo un buen libro, y a su papá en la tarde al llegar del trabajo, con un libro bajo el brazo, el niño eso aprenderá, seguro será un gran lector, y no caerá fácilmente en los vicios, ya que escudriñará la vida en otra forma, pero en cambio si el niño mira a mamá diariamente con la telenovela y al papá viendo en la televisión los chistes de doble sentido u otras locuras, así será el futuro del niño. Por último, una frase de Lowell reza lo siguiente: “Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra”.

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