Traiciones al pueblo que los eligió, enriquecimiento inexplicable, nepotismo, abuso de poder y en general, un desapego al interés común, son las características que definen a los gobiernos municipales que Jalapa de Díaz ha padecido en los quince años recientes. En el presente artículo, el autor hace una revisión a las relaciones de poder que hacen de Jalapa de Díaz una auténtica tierra sometida al interés de auténticos señores –y ahora también de señoras- de horca y cuchillo: sus caciques
MISAEL TEJADA PABLO* /TERCERA DE TRES PARTES
SAN FELIPE JALAPA DE DÍAZ, OAX.- Después una disputa sangrienta entre el grupo de Álvaro Rafael Rubio (quien llegó al poder municipal bajo las siglas del Partido Verde Ecologista de México-PVEM) y el de Facundo Carrera Felipe, se estableció el diálogo y la negociación. El excandidato del PRI aceptó la oferta de Álvaro Rafael Rubio y decidió incorporar al nuevo Ayuntamiento a sus principales amigos y familiares como concejales.
En 1996, se publicó la convocatoria para las elecciones de Diputados locales y Álvaro Rafael Rubio decidió participar en dicha contienda por el Distrito XXV, pero ahora bajo las siglas del Partido de
Tras la decisión de Álvaro Rafael Rubio de participar en la contienda electoral como Candidato a Diputado local, solicitó licencia por 90 días como Presidente Municipal y en sesión de cabildo se aprobó su solicitud e inmediatamente fue nombrado Presidente Municipal Interino uno de los regidores, Avelino Antonio Ignacio.
Álvaro Rafael Rubio, aunque era muy querido por varios sectores de la población jalapeña por la sensibilidad que venía mostrando ante las necesidades del pueblo, no ganó las elecciones pues su campaña electoral no impactó en los otros siete municipios que integran el distrito XXV, y perdió la contienda ante el Candidato del PRI, Miguel Ramos Ortela, quien es originario de Arroyo Chicali, San Miguel Soyaltepec (él ahora milita en el Partido Convergencia).
Pasadas las elecciones distritales y transcurridos los 90 días de licencia de Álvaro Rafael Rubio, se generó un conflicto interno en el Ayuntamiento jalapeño y Avelino Antonio Ignacio lo traicionó con un cabildazo que ratificó a este último como Presidente Municipal para terminar el trienio 1996-1997. Cabe destacar que la administración de Avelino Antonio Ignacio se caracterizó por el vil despilfarro de los recursos públicos, sobre todo en parrandas entre él y sus amigos.
En el trienio de Virgilio mandó su esposa
Para el trienio 1999-2001, el PRI logró retornar al poder con Virgilio García Hernández, quien en las contiendas electorales logró vencer al Profesor Arnulfo Gregorio Morelos. Aunque Virgilio García Hernández hizo posible el retorno del PRI al poder, fue este mismo personaje quien lo sacó de él, ya que con sus acciones decepcionó completamente al pueblo de Jalapa de Díaz, ya que entre sus principales características durante su trienio fue la falta de tiempo para atender la oficina de
Aunado a lo anterior, Virgilio García Hernández prefirió permitir que fuera su esposa quien gobernara en el campo de los hechos, al delegarle varias responsabilidades y atribuciones inherentes a
Independientemente de las dos razones anteriores, existe otra razón principal que provocó que el pueblo jalapeño considerara un mal gobierno el encabezado por Virgilio García Hernández, y dicha razón fue que a la vista de todos dicho personaje multiplicó sus bienes a costa del erario público, ya que con los recursos del pueblo adquirió nueva maquinaria y otros vehículos automotores para su propia constructora. Además, utilizó a los trabajadores del Municipio para su servicio particular, situación que finalmente debilitó fuertemente al PRI, lo que se reflejó en las urnas para las siguientes elecciones municipales, y más tarde el magnate jalapeño se quedaría como un triste intento de cacique.
Arnulfo, un papel triste
Para el proceso electoral del año 2001, en sus intentos por mantenerse en el poder, el PRI postuló como su candidato a
La alianza entre Arnulfo Gregorio Morelos y Álvaro Rafael Rubio, tuvo como base el compromiso entre dichos personajes de que 3 años más tarde el primero de los mencionados le brindaría su respaldo al segundo en su camino hacia
En efecto, Arnulfo Gregorio Morelos derrotó en las urnas electorales a Demetrio Carrera Olivera y se convirtió en el nuevo Presidente Municipal de Jalapa de Díaz, tomando posesión del cargo el día 1º de enero del año 2002, esto como resultado del gran control político que aún mantenía Álvaro Rafael Rubio dentro de este municipio mazateco.
Arnulfo Gregorio Morelos protagonizó una administración discreta, intrascendente, dejando varias inconformidades en el municipio y que al final de su trienio cumplió con el compromiso que 3 años antes había pactado con Álvaro Rafael Rubio.
Efectivamente, para las elecciones municipales del 2004, Álvaro Rafael Rubio fue postulado por el Partido de
Por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con sus características disputas internas y sus desbandas, se postuló Crescencio Julio Calixto, mejor conocido como “El Químico”, quien sin ser aun Presidente Municipal ya se sentía todopoderoso y las imposiciones y despotismo dentro de su equipo de campaña estuvieron a la orden del día.
Álvaro Rafael Rubio, con una campaña política caracterizada por el mapachismo (trampas en un proceso electoral) en todo su esplendor, cual priista, y recurriendo sobre todo al embarazo de urnas, entre otras artimañas electorales, ganó la contienda y gobernó durante el trienio 2005-2007.
Alvaro Rafael crió cuervos
El segundo trienio de Álvaro Rafael Rubio se caracterizó por un cacicazgo como el que antes buscó derrocar: imposición de autoridades comunitarias, desvíos de recursos públicos, manipulación de los regidores y síndicos, así como el compadrazgo con Amador Jara Cruz (líder de
A los regidores disidentes Álvaro Rafael Rubio les suspendió el pago de sus dietas y los excluyó de las decisiones que debían tomarse colegiadamente como Ayuntamiento.
Álvaro Rafael Rubio fue una de las piezas claves para que el dirigente perredista Amador Jara Cruz se convirtiera en un político adinerado. En el último año de su trienio, Álvaro derribó el Palacio Municipal de los Jalapeños supuestamente para construir uno nuevo, pero no fue así, sino que lo hizo sólo para desviar recursos del pueblo para el financiamiento de las campañas electorales del 2007, y terminó su trienio despachando en las instalaciones del DIF municipal. Durante los tres años de gobierno de Álvaro Rafael Rubio,
Con reparto de despensas, de paquetes de vivienda, de dinero en efectivo (proveniente del presupuesto destinado a la construcción del Palacio Municipal), y a base de amenazas, dirigidas por Álvaro Rafael Rubio a los principales líderes comunitarios, el Candidato del PRD, el esposo de Silvia Flores Peña, Cayo Ramírez Salvador obtuvo el triunfo sobre el Químico, y se convirtió en el Presidente Municipal para el periodo 2008-2010. Tras el compromiso pactado entre Álvaro Rafael Rubio y Silvia Flores Peña, de permitir al primero de los mencionados recuperar el dinero que invirtió en las campañas de Cayo Ramírez a través de Proyectos Productivos y de tener contratados en el Ayuntamiento a sus fieles servidores como trabajadores fantasmas, el 1º de enero del 2008, Cayo tomó posesión en un ambiente de total tranquilidad integrándose como Regidor el candidato perdedor del PRI.
A tan sólo un mes y medio de haber asumido
La primer cacica
Durante el trienio 2008-2010 se proyecta un nuevo cacicazgo, el de Silvia Flores Peña, quien al no haber podido postularse directamente para la presidencia municipal, postuló a su esposo, quien sólo gobernó en el terreno de los papeles porque quien gobernó en el campo de los hechos fue la mismísima señora. Fue ella quien tomó todas las decisiones, quien manipuló a todos los concejales, incluso al ex candidato opositor llamado El Químico: inauguraba obras, asistía a eventos en las que era invitado el Presidente Municipal, y es ella misma quien le ha hecho frente a su compadre Álvaro Rafael Rubio. Éste trienio, al igual que el anterior, mismo que presidió el líder ajojolinero, se caracterizó por imposiciones y duplicidad de autoridades comunitarias, desvío de recursos, exclusividad en asignaciones de obras a Amador Jara Cruz, obras de mala calidad, obras inconclusas, abusos de autoridades, despotismo, entre otros muchos vicios gubernamentales, y la familia Ramírez Flores (de Cayo y Silvia) incrementó su patrimonio con descaro, de manera abrupta, a costa de los recursos del pueblo jalapeño, y haciendo uso de guardaespaldas personales tanto para ellos como para sus hijos. Ante la imposibilidad por conseguir la desaparición de poderes y la traición de su partido (el PRD), a mediados del año 2009, Álvaro Rafael Rubio decidió hacer alianza con el candidato a Diputado Federal por el distrito 02, Elpidio Concha Arellano (PRI), con el compromiso de que éste lo apoyaría a conseguir dicha desaparición de poderes a cambio de darle su apoyo para ganar las elecciones. Ante el triunfo de Elpidio Concha Arellano, Álvaro aseguró un refugio político en el PRI, y aunque el entonces Diputado Federal, lo apoyó para obtener la desaparición de poderes, no lo consiguió. Para el 2010, llegó el momento de las elecciones municipales. Por el PRD, todo parecía definido, Silvia Flores Peña sería la candidata, y en efecto así fue. Por el PRI, eran muchos los que querían, y todo parecía indicar que el regreso al poder de éste partido estaba asegurado. Dentro de la lista de precandidatos del tricolor se encontraban Alfredo Carrera, Porfirio Sánchez Sarmiento, Tobías Barbosa, Renato Virgen y Álvaro Rafael Rubio, éste último con el respaldo de Elpidio Concha, y los demás sin la presencia política suficiente como para hacerse por sí solo de
Otro pleito de comadres y compadres
En el mes de abril, las candidaturas ya estaban bien definidas, Silvia Flores Peña por
Las elecciones del 4 de julio estuvieron muy cerradas y los resultados fueron motivo de controversia. A lo largo de varios meses que transcurrieron desde el día de las elecciones hasta el de la toma de posesión, entre impugnaciones hechas valer por el grupo de Álvaro Rafael Rubio en contra de los resultados que le favorecieron a Silvia Flores Peña, acusándola de embarazo de urnas, manipulación de los resultados y otras artimañas para ganar, y por tanto, reclamando que se anularan las elecciones o en su defecto para que se realizara el recuento de los votos, y con los recursos legales que hizo valer solo consiguió el recuento de 21 casillas de un total de 29, con lo cual disminuyó la ventaja que en un principio había obtenido la entonces Presidenta Municipal electa, de aproximadamente
Misael Tejada Pablo, Licenciado en Derecho
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