En esta colaboración, el autor –educador y ex representante sindical que conoce el movimiento sindical en sus entrañas- hace una revisión crítica y por lo tanto severa, y propone una hoja de ruta para superar la grave situación en que se encuentra el sindicato más numeroso del estado.
Por Antulio Rangel Moreno
La Sección 22 ha venido padeciendo desde hace tiempo ya, una severa crisis orgánica, la cual quedó de manifiesto en la última jornada de lucha; en donde se confundió lo estrictamente estructural con lo coyuntural y, además, precisamente las coyunturas no se supieron aprovechar para el impulso y el fortalecimiento de nuestro movimiento. Al contrario, nos fraccionamos, nos debilitamos ante el gobierno estatal, ante el gobierno federal, ante el SNTE y, lo más preocupante ante las propias bases y los padres de familia.
Esta situación nos pone ante nuevos retos y posibilidades, pues ahora tenemos que recuperar credibilidad ante la sociedad y constituirnos en una organización que abandere los reclamos más sentidos de la sociedad, tal y como lo dictan nuestros principios y objetivos generales. Para ello es urgente iniciar un proceso de revisión que nos permita darnos la oportunidad de reorientar el rumbo.
-Tenemos que revisar nuestros órganos de gobierno, pues tal parece que éstos están desgastados, ya no responden a las nuevas circunstancias y condiciones actuales.
- Las estrategias y tácticas de lucha se han convertido en rutinas y ritos cíclicos predecibles y, por lo mismo fáciles de anular; es decir, han perdido efectividad.
- Nuestros principios son letra muerta y, por tanto ya no orienta el accionar de nuestra lucha.
- Los propósitos que nos hemos propuesto alcanzar, cada vez se perciben más lejanos, por carecer de un proyecto claro que nos lleve a alcanzarlos.
- Los grupos y expresiones que se mueven al interior han olvidado el papel que deben jugar y se han metido de lleno en la lucha por los espacios de poder.
De esto se desprende que los problemas que padecemos son producto de fuertes contradicciones y conflictos internos, mismos que se han agudizado en los últimos tiempos y que se manifiestan claramente en la última jornada de lucha, en donde prevaleció la confusión y falta de claridad ante los acontecimientos que se presentaron.
No se puede negar que la Sección 22 ha jugado un papel muy importante en nuestro sindicato como en la las luchas populares, es un referente insoslayable; por tal razón es necesario fortalecerla para que recupere el papel protagónico que hasta ahora ha tenido tanto en el plano nacional como en el estatal. Para ello se requiere de la construcción de un nuevo clima que dé certidumbre y confianza al magisterio, a los padres de familia y a la sociedad en general; iniciando por el establecimiento de puentes comunicantes que nos permitan, aún con nuestras diferencias, establecer líneas de acción para dar sentido a la crisis que padecemos. Es decir, es necesario luchar en contra de aquellas posiciones de corte fundamentalistas y maniqueas que pretenden tomar por asalto la dirección del movimiento magisterial.
Para ello es necesario construir una corriente de opinión que favorezca la discusión sobre los temas fundamentales que nos permita, en un mediano plazo, superar la crisis. En este sentido, el relevo seccional, en fechas próximas, es un buen pretexto para iniciar con este proceso.
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