martes, 22 de marzo de 2011

El dengue

El dengue

Cien días es nada, ¡ y lo que falta!

Cien días son pocos para evaluar a un gobierno de seis años. Pero tratándose de los primeros cien días, digamos los días donde se ponen las bases de lo que será el edificio sexenal adquieren una importancia monumental. Son los días de formación y consolidación del gabinete, de consulta popular, de realización del Plan Estatal. En suma, de construcción del andamiaje para afrontar las necesidades de un pueblo que necesita casi todo.

Entonces lo que podemos evaluar ahora no es poco, serían, precisamente, esas bases que deberían estarse terminando de colocar y que no se ve que siquiera se haya iniciado este trabajo. Todo está a la deriva, a la improvisación. ¿Para qué pedir formación profesional y hasta títulos académicos a algunos funcionarios si no es lo que se ve en los resultados de las gestiones de funcionarios y gobernantes?

Funcionarios cuestionados

Nadie dice que de ganar el PRI con Eviel las cosas estarían mejor, eso es improbable, pero eso no importa mucho pues las expectativas de la población, las cuales hizo llenar la urnas con votos a favor de Gabino Cué Monteagudo, eran de gran mejoría, de buen gobierno con honestidad y transparencia. No ha sido así.

En cuanto a esto último los mensajes son claramente en sentido contrario. En la secretaría de Finanzas nombraron como su titular a un hombre acusado de malversación de fondos en la Secretaría de Gobernación federal en los tiempos de Diódoro Carrasco como secretario de gobernación, Gerardo Cajiga. Éste fue inhabilitado cinco años para ocupar algún cargo público. Ya superó ese tiempo de inhabilitación, pero el estigma de su deshonestidad, nunca será superado. Y el gobierno del cambio fue insensible a este hecho. Personajes de similar condición ocupan importantes cargos en el gabinete del “Cambio” (de dueños)..

Por otro lado, asuntos de crucial importancia han sido tratados de forma inadecuada, por decir lo menos. La relación con la sección XXII del magisterio oaxaqueño fue dejado al garete, en manos de improvisados, sin planificación alguna, con pleno desconocimiento de su historia. Los primeros resultados son negativos y graves: piden la cabeza de tres altos funcionarios del gobierno, entre ellos el titular del IEEPO, Bernardo Gómez Colmenares; la secretaria general de gobierno, Antonia Irma Piñeyro Arias; y del secretario de seguridad pública, Marco Tulio López Escamilla.

El magisterio manda

Hay que recordar que el 15 de febrero se suscitó una confrontación entre magisterio-APPO contra guardias del Estado Mayor Presidencial y policías federales, todo por la pésima negociación que se había realizado en las semanas previas, y la no menos fallida que de rutina que se realiza con el magisterio cuando se llevan a cabo en la entidad eventos como el del presidente Felipe Calderón en esa fecha. Con eso nomás se desbordarán prematuramente las pasiones magisteriales y ahora tienen al gobierno de Cué en un predicamento, al amenazar el magisterio con forzar la renuncia de tres altos funcionarios.

Este hecho puso en el escaparate nacional el problema del nuevo gobierno en Oaxaca. Analistas nacionales criticaron la postura débil del gobernador al ofrecer (pedir, dijo él) disculpas al magisterio por esa violencia que se vio con toda claridad en la TV, prensa, Facebook fue provocada por los grupos de choque del magisterio y sus aliados de la APPO. Después el mismo gobernador se desdijo al afirmar que no “pedía” disculpas sino que era el pueblo quien debía hacerlo: y el pueblo dijo “¿Y yo por qué?” Un analista conminó al nuevo gobierno así: ¿Quién va a gobernar Oaxaca, Gabino o la sección XXI? ¿Quién va a designar al gabinete, Gabino o la sección XXII?

El IEE, para el PRI

En las regiones los problemas políticos no cesan. Los cierres de carreteras persisten ante la desesperación de la gente que esperaba un cambio en esta insoportable dinámica. Los mismo pasa en las ciudades, sobre todo en la capital, donde no hay semana que deje de darse un bloqueo o varios. La gente reclama el cambio ofrecido.

En cuanto a los espacios de poder, el gobierno ha mostrado su omisión, deja todo al garete. En estos días se discute la inminente integración de Instituto Estatal Electoral (IEE), y, para empezar la posibilidad de ciudadanizarlo de verdad ya zozobró. Las fracciones parlamentarias acordaron integrarlo por cuotas partidarias, así el ulisista y actual director general del IEE, Othoniel Peña Montor entraría como cuota de la fracción priista, que es la mayoritaria en el Congreso, en sustitución de su jefe y cómplice José Luis Echeverría Morales. Othoniel fue acusado de ser el operador de los fraudes con la contratación sin licitaciones de los servicios utilizados por el IEE en el pasado proceso electoral, sobre todo de contratar a un poco prestigiado despacho para operar el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).

Todo un des…astre

Entonces, tenemos a la vista un gobierno sin planificación, sin previsión, que deja al garete asuntos de gran importancia, que renuncia a sus posibilidades de conducir la vida política de la entidad hacia derroteros de cambio, de democratización. Los operadores políticos no funcionan. La Secretaria General de gobierno no funge como interlocutora de los principales protagonistas de la vida política estatal: magisterio y diputados priistas la ignoran, no tratan con ella. Todo eso está a la vista, no hay cambios en los municipios, ese vacío de poder lo aprovecha el que quiere para hacer lo que guste. En Huatulco un antediluviano prohíbe a las empleadas de Su ayuntamiento usen escotes y minifaldas; la presidenta de Putla secuestra a su cabildo; en Tuxtepec delincuentes son nombrados jefes de policía…

Y, por si fuera poco, a pesar de que los recursos federales que le dan vida a Oaxaca ya están arribando al estado, no fluyen, están en la secretaría de Finanzas mientras la economía oaxaqueña que depende en su mayor parte de este circulante se ahoga. No hay más clientes grandes acá que los gobiernos: federal, del estado y municipales.

El PRI co-gobierna

Por eso es que causa pánico ver que esos cien días han sido desaprovechados, queda poco tiempo para recomponer y no se ve con quiénes. ¿Dónde están los asesores? No se ve ninguno que ofrezca optimismo. Todo anda mal. El vacío de poder lo ocupan otros; el Congreso lo tiene el PRI; abdicó el gobierno de su atribución de nombrar a los administradores municipales en municipios en conflicto y se lo repartieron los partidos, el PRI tomó los principales; va el PRI por el control del IEE, está cerca.

Por eso decimos: cien días no es nada, ¡lo que falta! Da miedo.

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